La Noche de los Muertos Vivientes

Título Original: Night Of The Living Dead
Año: 1968
Revisada el 25 de abril de 2004



7 Leatherman

Sinopsis:

Siete personas se aislan en una casa en medio del campo para intentar salir con vida de los horrendos hechos que están teniendo lugar durante la noche: los muertos recientes vuelven a la vida para alimentarse de los vivos.

Comentarios:

He pensado que ya iba siendo hora de revisar la Gran Trilogía del cine de terror, así que voy a empezar por la primera de las tres. Cuando ví esta película no me pareció gran cosa debido a que antes había visto las otras dos, hechas unos veinte años después, pero reconozco que es la madre de todas las películas de zombies.

La acción tiene lugar durante toda una noche y sigue las peripecias de siete desconocidos, que han ido a parar por casualidad a una casa perdida en las afueras de Pittsburgh huyendo del apocalipsis. Todo empieza cuando Barbara y su hermano Johnny (Judith O’Dea y Russel Streiner) se dirigen a un cementerio de Nueva Inglaterra para visitar la tumba de su padrastro. Johnny le va dando el coñazo a Barbara durante todo el trayecto metiéndole miedo, ya que a ésta no le gusta demasiado ir a “ese” tipo de lugares. Una vez llegan al cementerio y después de que Johnny le haya soltado la famosa frase (“Vienen a por ti, Barbara”), un hombre aparentemente borracho les ataca. Johnny intenta defender Barbara pero tropieza y se da un mortal golpe en la cabeza, entonces Barbara huye y consigue llegar al coche, pero el hombre raro va a por ella y la alcanza. Barbara escapa por los pelos, se mete un piño, abandona el coche y sale corriendo hasta llegar a una casa aparentemente abandonada, donde se encuentra a Ben (Duane Jones). Juntos se aseguran de que la casa esté totalmente vacía. No obstante, allí también se refugia el matrimonio Cooper (Karl Hardman y Marilyn Eastman) con su hija herida (Kyra Schon) y los jóvenes Tom y Judy (Keith Wayne y Judith Ridley). Pronto surgen graves discrepancias entre los supervivientes porque no forman un grupo cohesionado; mientras unos quieren quedarse arriba y luchar contra la cada vez mayor amenaza, otros prefieren quedarse en el sótano hasta que todo termine. Bárbara se limita a permanecer en estado catatónico el resto de la película mientras Ben le salva el trasero constantemente. Lo poco que saben del mundo exterior les llega desde un televisor y una pequeña radio, los científicos no saben explicar qué son exactamente esas cosas tan desagradables, pero todos los signos apuntan a que son personas fallecidas que están volviendo a caminar sobre la tierra.

En un principio, esta película se iba a llamar “La Noche De Los Comedores De Carne” (The Night Of The Flesh Eaters) porque a los censores norteamericanos les parecía políticamente incorrecto y aberrante eso de hacer una película sobre muertos vivientes. El presupuesto con el que contó George A. Romero para dirigir este film fue más bien escaso y si alguien le hubiera dicho entonces que ese proyecto se convertiría en un clásico del cine de terror, no se lo hubiera creído. La película es, según el propio Romero, una metáfora de los sentimientos que los diversos conflictos bélicos internacionales estaban causando a la población estadounidense, o sea; aislamiento, inseguridad, amenaza inminente y la sensación de que el mundo se acababa.

Le he puesto 7 Leatherman porque los zombies sólo son personas con ojeras pintadas y porque todo es como muy correcto, es decir; los científicos dicen que los muertos se están alzando para “cometer actos de asesinato” (el eufemismo más grande de todo el género) y la niña Cooper cuando se convierte en zombie mata a su madre con unas tijeras y después pasa de ella. No obstante, es la primera película en tratar en serio el tema de los muertos vivientes y esto es de respetar.

Conclusión:

El punto de partida del cine de zombies. Esta es una película imprescindible pero si uno no se la mira con la mentalidad de la época resulta decepcionante.




Esta ilustración me recuerda a la portada de la Guía del Más Allá, o como se llame, de Bitelchús.




Hay que ver cómo se pone el campo cuando empieza el buen tiempo.



"¡Que no quiero hacerme del Círculo de Lectores, coño!"