Título Original: The Machinist
Año: 2003
Revisada el 9 de diciembre de 2004
7 Leatherman de 10
Sinopsis:
Trevor Reznik, un maquinista que trabaja en un taller, afirma llevar un año sin poder dormir y apenas comer. Cierto día, Trevor se ve involucrado en un desagradable accidente laboral del que culpa a su nuevo y extraño compañero Ivan. El problema es que, según su jefe y los demás trabajadores, ese tal Ivan no existe.
Comentarios:
Antes que nada, quisiera advertiros que esta no es una película de terror sinó un thriller psicológico al estilo de “Repulsión” de Roman Polanski o “Carretera Perdida” de David Lynch. El caso es que he querido criticarla porque creo que esto es lo más cerca que va a estar nunca Christian Bale del cine de terror. A propósito, quiero que sepáis que me he dejado la admiración por este actor en la puerta de la perrera y, por lo tanto, esta crítica está desprovista de cualquier fanatismo. Allá vamos.
La película empieza con un acontecimiento futuro; Trevor Reznik (Christian Bale) arrastrando penosamente un cadáver enrollado en una alfombra y después tirándolo por un acantilado, pero durante el proceso es interrumpido por una persona que se le acerca con una linterna para preguntarle quién es y qué está haciendo. Lo siguiente que se nos muestra es a Trevor en su casa, con la linterna encima de la mesa, mientras limpia el suelo frenéticamente de algo que parece sangre. Aquí la acción vuelve al presente y vemos a Trevor en su lugar de trabajo, haciendo frente a un jefe déspota y a unos compañeros que intentan integrarle en su círculo cuando lo único que él quiere es estar solo y pasar inadvertido.
Ese día, durante un descanso conoce al mefistofélico Ivan (John Sharian), quien más tarde distrae a Trevor en el peor de los momentos, es decir, justo cuando éste se encuentra ayudando a Miller (Michael Ironside) a reparar una máquina. Esta secuencia da un poco de grima porque la única música que se oye entre el griterío y la confusión es el brazo de Miller haciendo “toc, toc, toc,...” mientras gira entre los engranajes. Cuando los supervisores le preguntan a Trevor por qué perdió la concentración cuando se supone que tenía que haber ayudado a Miller, el maltrecho hombrecillo contesta que el nuevo, Ivan, hizo que reaccionara tarde al desastre. Si los compañeros empezaban a mirarle raro por su comportamiento y extrema delgadez, ahora ya ni lo quieren tener cerca porque, tachán, no hay ningún Iván en toda la fábrica. ¿O es que todos están confabulados para volverle loco?. Después de este duro día, Trevor se va hasta la cafetería del aeropuerto para ver a su camarera favorita, Marie (Aitana Sánchez-Gijón), que siempre le ofrece un café con leche y un trozo de tarta con una maternal sonrisa. El otro oasis de tranquilidad lo encuentra Trevor en una prostituta llamada Stevie (Jennifer Jason-Leigh), quien le da alivio para otro tipo de necesidades. Porque, sí, además de ser un anoréxico con imsomnio y de lavarse las manos con lejía de manera compulsiva también necesita un poco de move-your-body de vez en cuando.
No sé si lo sabíais, pero esta película fue rodada en Barcelona, Terrassa y Sabadell con la producción de Filmax España. Si os fijáis, podréis distinguir las tres chimeneas de Badalona, las atracciones del Tibidabo e incluso una pegatina de la Generalitat en el Metro -que también se ve a la legua que es el de BCN-. La atmósfera del film es melancólica y apenas deja sitio para la alegría, lo mismo ocurre con la música.
El director, Brad Anderson, hace un trabajo notable en este film, pero personalmente sigo prefiriendo su gran obra: Session 9. Le pongo 7 Leatherman porque tuve la impresión de que algunas escenas estaban allí sólo para alargar la película y porque en general me gustó pero no me caló tanto como la obra anteriormente citada.
En mi opinión, los actores no podrían haber estado mejor escogidos. John Sharian está espeluznante en su papel de psicópata, Michael Ironside aparece muy correcto como en todas sus películas, Aitana Sánchez-Gijón aparece muy dulce y lo cierto es que habla un inglés muy fluido y, bueno, Jennifer Jason-Leigh se ganó el sueldo muy bien, pero su problema es que está como encasillada. ¿Alguien la recuerda haciendo de otra cosa que no fuera de una mujer, digamos, poco virtuosa?. Una mención aparte merece la caracterización casi suicida de Christian Bale. Nadie le exigió que lo hiciera, pero para este papel perdió la friolera de 30 kilos y dejó de dormir durante un tiempo, ya que quería sentirse como lo haría el propio Trevor.
Conclusión:
Un opresivo y original thriller psicológico que ofrece una calidad técnica excelente, un buen guión e interpretaciones inmejorables, pero que -sin embargo- está un escalón por debajo de otro filme de similares características que es Session 9. En definitiva, pese a no tratarse exactamente de terror, os recomiendo que le echéis un vistacillo a esta película cuando se estrene.
Christian Bale listo para pasear palmito en la Semana de la Moda de Los Ángeles.
miércoles, 2 de mayo de 2007
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