miércoles, 26 de septiembre de 2007

Guardianes del Día

Título Original: Dnevnoi Dozor / Day Watch
Año: 2007
Revisada el 21 de septiembre de 2007




2 Leatherman de 10

Sinopsis:

Antón Gorodetsky, un vigilante de la oscuridad, intenta que los vigilantes de la luz no descubran que su hijo es un malvado muy poderoso para no poner en peligro la tregua existente entre ambas fuerzas. Basada en unas novelas que no pienso leerme.

Comentarios:

Lo que experimenté al ver “Guardianes del Día” fue como si me hubiera tomado un puñado de aspirinas seguidas por un buen trago de Varón Dandy. No recuerdo haber tenido nunca un malestar interior tan corrosivo con ninguna película, bueno, excepto quizá por La Casa de los 1000 Cadáveres. Suerte que tras unos minutos de película decidí que la mejor manera de pasar las dos horas y cuarto que dura esta mierda era tomándomelo con humor.

Recuerdo que cuando cometí el error de ver “Guardianes de la Noche” me dije que nunca más volvería a ver nada relacionado con esta apestosa miniserie, pero anoche, oh, destino cruel, me comí mis palabras tras acceder a la invitación de un amigo que no voy a mencionar aquí por respeto (sólo diré que su nombre empieza por “Re” y acaba en “póker”), así que de repente me vi en una butaca observando con mucha vergüenza los créditos de una película que me prometí no ver.

“Guardianes del Día” empieza con un estúpido flashback de “Los ídem de la Noche” donde podemos ver imágenes sueltas con una narración de fondo que explica la lucha entre los seres de la luz y los de la oscuridad, mientras tanto el concepto “topicazo” toma una nueva dimensión. En este momento aparece el prota, Antón (Konstantin Khabensky), un tío que se convierte en el héroe de la película tras a haber intentado lanzarle una maldición a su ex mujer para que abortara. Al muy majete le vemos con su compañera de misión, Svetlana (Mariya Poroshina), en busca de un individuo que absorbe la fuerza vital de sus víctimas con pajita, personajes que son conocidos como “mosquitos”. Cuando le encuentran resulta que es el hijo no deseado del gilipollas de Antón. El hijo escapa y se va con el jefe de los malos, Zavulon (Víctor Verzhbitsky), al que llama “tío”. No recuerdo bien si es antes o después de esto pero nos enchufan otro flashback donde nos muestran a un tal Tamerlane, versión de economato de Gengis Khan, en busca de un talismán que no es otra cosa que la Tiza del Destino, un roñoso trozo de yeso custodiado por un chino gordo disfrazado de burbuja Freixenet y que tiene la propiedad de modificar el curso de la historia. Si en vez de una tiza hubieran sido unas bambas Paredes habría dado lo mismo, la cuestión era tener una excusa para sacar otra película. Iba a decir “excusa para pegarse de palos” ¡pero es que en esta basura casi no hay golpes! Los personajes sólo se persiguen, se miran raro y se amenazan, todo en medio de ridículas coreografías.

Más tarde, alguien asesina a un ser de la oscuridad, culpan al imbécil de Antón y para que no lo encuentren, el jefe de los buenos tiene la original idea de intercambiar el cuerpo de Antón con el de Olga, una mujerzuela que se transforma (sólo una vez y en la otra película) en pajarraco, lo que da lugar a una serie de situaciones humorísticas dignas de Este cuerpo no es el mío. Después le adjudican otro asesinato a Antón, con lo que tiene que huir mientras sus compinches le salvan el trasero, ya que él solito no sabe ni pelar un plátano.

A partir de aquí sólo recuerdo escenas sueltas, a cada cual más infecta:

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Una tipa de los malos habla con Zavulon mientras un loro le picotea la manga de la chaqueta:

TIPA: - Quiero ir a Samarcanda.
ZAVULON (con la voz de Peter Griffin): -No, dejemos que vaya el loro.
TIPA: - ¿Cómo?
ZAVULON: Sí, tú irás en este coche (mientras le da un Micro Machine).

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Antón descubre que la Tiza del Destino está en el bar del chino gordo/burbuja Freixenet y se presenta allí. Se supone que es un arma que, de caer en malas manos, acabaría con la existencia del Planeta:

ANTÓN: -Vengo a por la Tiza.
CHINO: - Toma (así, tan fresco)
ANTÓN: -¿Dónde escribes con ella?
CHINO: -Aquí (y con una mano señala la pizarra del menú).

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Los buenos y los malos se plantan cara en un descampado:

JEFE BUENO: - La tregua es frágil. Si se derrama una sola gota de sangre de alguno de los dos bandos empezará la guerra.
ZAVULON: - Ya falta poco (esto lo dice mientras se descongestiona la nariz con un tubito de alcanfor “Inhalador de Vicks”)

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En fin, prosigamos. Los efectos especiales no están mal para una película como esta, de la música ni me acuerdo y el ritmo al menos no es lento. Los actores ya son otra cosa, el tal Antón tiene el carisma y el porte de un gusano intestinal, su hijo es un adolescente patético que se pasa la película entera pataleando y dando por saco para finalmente demostrar su formidable poder demoliendo edificios con una pelotita de goma, como la de aquellas palas de madera. La supuesta mesías del bien, Svetlana, no hace más que ir por ahí con cara de borracha antes de escurrir el bulto de la apoteosis final cogiendo un taxi y diciendo: “lléveme a cualquier sitio”. Muy bonito.


En general da la sensación de que los guionistas escribieron esta película en una discoteca la noche antes de la entrega. O esto o el guión lo garabateó el sobrinito del productor en la parte de atrás de su cuaderno de dibujo y su tío le hizo dos películas para regalárselas por su cumpleaños.

Conclusión:

Irritante película que emana cieno de principio a fin y cuyo guión no tiene sentido alguno. No la redime ni su capacidad de hacer reír al espectador de pura incredulidad.


Volad, volad pajarillos por vuestra cordura.




Ni el pelo engominado ni las gafas de Matrix consiguen ocultar su fea cara de gilipollas.




Mariya Poroshina en el momento de arrestada por llevar un abrigo de piel de teleñeco del mercado negro.






"¿Cómo que sólo nos van a pagar con un café con leche? En mi contrato ponía también un bocadillo de chopped"