martes, 22 de julio de 2008

Hellbound: Hellraiser II

Título Original: Hellbound: Hellraiser II
Año: 1988
Director: Tony Randel
Revisada el: 17 de julio de 2008





6 Leatherman de 10

Sinopsis:

Tras los sucesos de la primera parte, Kirsty Cotton sufre estrés postraumático (normal, yo me habría pegado un tiro) y es ingresada en un psiquiátrico. El director del centro, el Dr. Channard, está obsesionado con los cenobitas y no duda en utilizar a una paciente para que resuelva la Configuración del Lamento. Kirsty se entera de sus planes y decide apoderarse del objeto para viajar al Infierno y rescatar a su padre.

Comentarios:

Hace cosa de un par de meses decidí adquirir esta película, así que me acerqué a un Fnac y la encargué. Qué gustazo cuando por fin me la entregaron, llevaba años queriendo verla pero por algún motivo u otro se me pasaba. De hecho estaba en la lista de “Películas Pendientes Que Cuando Me Acuerde Compraré”. Pues nada, la semana pasada me puse a verla con mi libreta en mano. Entremos en materia.

Después de ver los logos de Lakeshore y New World Pictures aparece el título del film, una secuencia de escenas de la primera película y los créditos. A continuación se ve a Kirsty (Ashley Laurence) en la cama de un hospital psiquiátrico, se levanta, sale de la habitación y se pone a observar a Tiffany (Imogen Boorman, le pones un guión en medio y parece el nombre de una empresa farmacéutica), una paciente que se pasa el día montando puzzles sin interactuar con nadie.


“Dios, he soñado que aceptaba rodar la quinta parte de esta película. Menos mal que sólo es una pesadilla…”



No cambia de expresión en toda la película.


Más tarde, Kirsty ve cómo se le aparece un hombre despellejado cual conejo en una pollería que escribe “I am in Hell, help me” con su propia sangre, entonces la visión desaparece pero el mensaje no. Luego Kirsty decide contarle a un joven médico, Kyle (William Hope) lo que ocurrió en su casa. Mientras tanto, el Dr. Channard (Kenneth Cranham) lleva a su casa a uno de sus pacientes y lo sienta sobre el colchón en el que murió Julia (Clare Higgins), le da una cuchilla y el tío empieza a darse tajos en una escena excesivamente larga mientras grita “¡sáquemelos!”, entonces surge Julia y le chupa la sangre. Pero lo que no sabe el Dr. Channard es que Kyle está escondido tras una pared y lo ve todo. Esta escena es, quizá, la mejor de toda la película; la especialista que sustituye a Clare Higgins representa la desesperación de forma excelente y tiene unos brillantes ojos azules que contrastan espeluznantemente contra el color carmesí del músculo expuesto.



Colchones Lo Monaco. Tan cómodos que si lo arrastran al Infierno no se dará usted ni cuenta.


Kyle se escabulle y Channard se queda allí con Julia, a quien acoge como un galán; le venda la piel, la viste, le da vino blanco (mmm... vino….), cigarros y hasta le pega un magreo. Tras esto, Julia le dice que necesita una piel.



El doctor Channard se da el filete con Julia.


Kirsty y Kyle van a casa de Channard para intentar recuperar la caja, Kyle tiene un fatal encuentro con Julia y Kirsty acaba inconsciente de un tortazo que le propina la malvada revenante. En eso que Channard trae a Tiffany, le entrega la Configuración del Lamento y la chica trastea con el rompecabezas hasta que lo resuelve.



“A veeerrr, el doctor me ha dicho que si aprieto este botón la caja se abrirá y de dentro saldrán chuches y confeti.”

Los cenobitas; Chatterer, Butterball, Female y Pinhead (este nombre se le puso en esta segunda entrega gracias a una coña de un tío del equipo de rodaje), hacen su entrada e intentan someter a Tiffany, pero Pinhead les dice que ella no ha abierto la puerta por propia voluntad, así que deciden marcharse y esperar al responsable. Kirsty despierta del aturdimiento y se adentra en los pasillos infernales, al igual que Tiffany, Julia y Channard.



¿El Infierno o el Tren de la Bruja de las fiestas de mi barrio?



No, no es una portada de un álbum de Scorpions. Es el Reino del Mal según Clive Barker.

Una vez en el terreno de los cenobitas, Julia le muestra su dios a Channard. Se trata de Leviathan, el Señor del Hambre, el Deseo y la Carne; un rombo que emite unos rayos de luz negra capaces de mostrar a las personas lo peor de sí mismas, acompañados del sonido “Dios” en morse. A continuación lo empuja a una máquina que convierte a Channard en un poderoso cenobita de forma muy grotesca, como tiene que ser.



Esta es la parte superior del Channard Cenobita y en realidad parece una manada de delfines bailando una hermosa danza. Si veis una polla como una olla es que estáis enfermos.

Esta película tiene un desarrollo de acontecimientos un poco cojo y raro porque Andrew Robinson, el padre de Kirsty, rechazó aparecer en el último minuto porque, según él, no le querían pagar más y hubo que reescribir el guión a golpe de pito. La lucha entre Channard y los cenobitas es decepcionantemente corta y floja y no hay tantos desmembramientos como en la primera. No obstante, el ritmo es bueno, los efectos especiales están algo menos cuidados que en la primera parte, pero dan estupendos resultados y la historia aún conserva la seriedad. Lo digo porque más tarde se verán cosas como cenobitas que lanzan cd’s por la boca.

¿Y a que no sabéis qué? Hollywood prepara un remake. Ya me lo estoy viendo; Jessica Simpson (o Lindsay Lohan) como Kirsty Cotton, Hayden Christensen como Frank Cotton, Jeremy Irons como Pinhead y Eva Longoria como Julia Cotton. Podría dirigir Uwe Boll, para acabarlo de arreglar.



“Qué raro… De repente me ha venido un olor así como a mierda.”


Conclusión:

Tras Hellraiser, que (como sabéis) está basada en el relato corto The Hellbound Heart de Clive Barker, nos llega esta segunda parte. De esta saga sólo he visto las entregas 1 y 3 (de esta última me duele acordarme), así que esperaba con ganas poder ver la segunda. Lamentablemente, no la disfruté tanto como esperaba. Aún así, vale la pena verla; mucha sangre, paisajes infernales y un Pinhead que aún se tenía algo de respeto a sí mismo. No os la perdáis.