lunes, 17 de marzo de 2008

Pesadilla en Elm Street

Título Original: A Nightmare On Elm Street
Año: 1984
Revisada el: 15 de marzo de 2008



8 Leatherman de 10

Sinopsis:

Unos adolescentes son perseguidos en sueños por el espíritu de un psicópata. Lo que les ocurre durante estos episodios tiene su correspondencia en la realidad.

Comentarios:

Esta es la típica película que siempre que he intentado verla ha pasado algo que me lo ha impedido. Cuando la han dado por televisión ha sido en unos horarios ridículos y cuando la he ido a alquilar nunca ha estado disponible, por no hablar de las tiendas, que no solían tenerla. Sin embargo ahora por fin la he visto entera (cuatro veces ya) gracias a que recientemente me han regalado el pack con las siete películas de esta franquicia. Preparaos porque tendréis Freddy para rato.

Después de ver el logo antiguo de la New Line Cinema, los créditos en un brillante color rojo que me fascina y unas imágenes de alguien fabricando un guante con cuatro cuchillas, aparece una chica vagando en camisón por un sucio y húmedo pasillo. La adolescente se encuentra de repente en una sala de calderas y, mientras se pregunta qué puede ser todo aquello, una voz característica, como la de alguien que hablara a través de un tubo de pvc, la llama por su nombre. Tina (Amanda Wyss), se gira y se encuentra con un tipo requemado y calvo que viste un sombrero raído, un jersey a rayas y un guante con cuchillas saliendo de cuatro de los dedos, luego sale pitando. El hombre la alcanza, pretende destriparla pero Tina esquiva el zarpazo, así que sólo se le raja el pijama. Acto seguido vemos como Tina se despierta sobresaltada en su cama con la parte frontal del pijama desgarrada. Su madre la oye gritar, entra en la habitación y le dice algo francamente estúpido: “deja de tener pesadillas o córtate las uñas”.

A la mañana siguiente vemos a Tina con su mejor amiga, Nancy (Heather Langenkamp), el novio de ésta, Glen (introducing Johnny Depp), a los que se les une el gilipollas de Rod (Nick Corri), un maltratador en potencia que seduce a Tina con palabras tan dulces como: “sin ofender o te parto la boca”. Esa misma noche Nancy y Glen se quedan a dormir en casa de Tina para hacerle compañía. Nancy le confiesa a Tina que la noche anterior había soñado con un tipo que vestía un jersey verde y rojo pero Glen les dice que es imposible que se trate del mismo tipo. Rod, el gentleman, aparece algo después pegándoles un susto de muerte a los tres, intenta llevarse a Tina a la cama pero ella regresa y dice “no me dejéis sola con este chiflado”, Rod le tapa la boca y se la lleva. Más tarde y después de echar un polvo, a Rod se le escapa que también ha tenido pesadillas. Al cabo de un rato, Tina oye cómo pequeñas piedras impactan contra su ventana, así que se levanta a mirar quién es. Alguien la llama y ella, como una tonta, baja al patio. Nancy, por su parte, está intentando dormir cuando la pared de la cabecera de la cama empieza a abombarse dejando ver la forma de la cabeza y manos de un hombre que se cierne sobre ella, se gira extrañada pero no ve nada y la pared sigue tan dura como siempre. Volviendo a Tina, la muy inconsciente sale a la calle en busca de la persona que la llama para acabar encontrándose con el individuo que la persigue en sus pesadillas, la chica sale corriendo pero cuando llega a la puerta de su casa el tipo de antes la pilla. Ahora la acción transcurre en la habitación, donde Rod presencia atónito cómo un ente invisible desgarra el pecho de Tina, le da vueltas en el aire, la estrella contra la pared, la revuelca por el techo hasta dejarla caer otra vez sobe la cama en un charco de su propia sangre. Mi escena favorita de toda la serie. En este momento entran Nancy y Glen, que ven con horror el cadáver.

Nancy decide volver al colegio al mismo día siguiente para mantenerse ocupada. Por el camino se encuentra con Rod, quien le asegura que no ha tenido nada que ver con la muerte de Tina, pero el padre de Nancy (John Saxon), que es teniente de policía, aparece de pronto con una patrulla y detienen a Rod. Nancy va a clase y durante una lectura de Shakespeare ve a Tina llamándola desde una bolsa para cadáveres. Se levanta, sale de clase (nadie se inmuta) y corre por el pasillo en busca de su amiga. Una estudiante con un jersey a rayas verde y rojo le pide el pase de pasillo, Nancy pasa de largo y la otra le dice: “eh, Nancy, no está bien correr así” mientras le enseña el guante de las cuchillas, entonces llega a unas calderas donde el tío desfigurado le quiere dar un tiento pero Nancy pega el antebrazo a una tubería ardiendo y se despierta en medio de la clase gritando como una loca.

Me he dado cuenta de que esta película y sus secuelas tienen en común, aparte de lo obvio, que los padres de los aspirantes a cadáver son muy irresponsables en lo que se refiere al bienestar de los higadillos de sus hijos. Vamos a ver, si una hija le dice a uno en un hospital: “mamá, me he traído de mi sueño este sombrero que pone Fred Krueger, se lo quité justo antes de que el tío que lo llevaba me dejara hecha unos zorros”, uno no contestaría: “tranquila, hija, vuélvete a dormir y ya verás como te sentirás mejor”. ¿Es que no nota que pasa algo raro con el hombre al que ella y sus amigos del vecindario quemaron vivo? Siempre me ha dado mucha rabia esa actitud tan estúpidamente escéptica tan típica de las películas de terror. Por ejemplo, si alquien te dice lleno de pavor que corras por tu vida, lo último que se tiene que hacer es quedarse en el sitio y contestarle que no diga tonterías. Luego vienen las lamentaciones y los ya-te-lo-dije.

Otra cosa que me ha llamado la atención es que por aquella época no se doblaban los gritos, de modo que se puede oír cosas como “noouu” o “heeelp meee, Roood!!”. Pesadilla en Elm Street tampoco se libra de la fiebre “manitas” que asoló los ochenta; Nancy también se monta sus trampas de comando con pólvora, cables y una maza al estilo del Equipo A, McGuyver y tantos otros.

A diferencia de las secuelas, en esta película no hay ninguna cancioncilla pop de dudoso atractivo, sólo se escucha una inquietante melodía que lamentablemente no se vuelve a escuchar en el resto de películas.

Lo que me gusta de esta serie de películas es, sobretodo, su connotación onírica. Los personajes no parecen quedarse dormidos pero sabemos que lo están cuando empiezan a pasar cosas extrañas. Creo que esta película es la mejor de las siete porque el humor negro es muy escaso y desde luego no eclipsa el ambiente terrorífico, como ocurre en alguna secuela. También lo es porque juega la carta de la orginalidad y porque las muertes no son ridículas, como en otros casos.

Conclusión:

La mejor de toda la franquicia. Pesadilla en Elm Street es una película que todo aficionado al cine de terror tiene que haber visto al menos una vez en la vida. A partir de la tercera secuela la cosa se convierte en un cachondeo de cerveza y cheetos pero, por favor, tomaos esta en serio. Vale la pena.



Ya no se hacen pósters así de chulos.





"¿Mami que será lo que quiere Freeedyyy?"






"Estoy harta de que me apuñalen por la espalda."

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